martes, 7 de agosto de 2007

Política de cancelación de clases


¿Les ha pasado que hay veces que a pesar de estar muy enfermos se aferran a ir a dar clases?
Justo ayer cuando tenía escalofríos alucinantes y me encontraba muy débil me invadió esa necedad de ir a clase. Me pasa que siempre que voy a cancelar una clase me entra la culpabilidad de todas aquellas personas que hicieron un esfuerzo por ir al gimnasio (que no es nada fácil) y más aún, dedicaron un poco de su tiempo para ir a tu clase.
Con todo ello la solución de ayer fue: tomar vitaminas, comer muy bien y dormir siesta. Al despertar me sentía un poco mejor, pero seguía enfermo, me propuse dar lo mejor de mí, hacer una clase que los alumnos recordaran al menos por el resto del día y así fue. Al terminar, el dolor me invadía de nuevo, la enfermedad se apoderaba de mí pero el reto estaba superado!

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